Creo que leí en las "Crónicas miraflorinas" de Tomas Unger sobre el dilema de dar a los hijos una mascota sabiendo el dolor que tendrán cuando tengan que separarse por causa de la muerte, la vejez y la mala salud.
Pero la verdad es que eso ocurrirá con varios de nuestros familiares y amigos. ¿Será la forma más adecuada de enseñarles la forma en que termina el camino de la vida?
Es cierto de que morirá, sin embargo, también habrán muchas oportunidades de enseñarles lo que significa la lealtad, la disciplina, la paciencia y otras virtudes.