"Hola, me llamo Lucía Rendón y si existo. Trabajo en..." ¿Te suena ese mensaje? ¿Te conmovio? Si fue así, pues ya sonaste, alguien se aprovechó de tus buenos sentimientos, y el de muchos otros.No recuerdo cuando recibí este mensaje, en aquella ocasión, poco crédulo como soy, envié el mensaje a la papelera.
Ayer lunes María Lucía volvió a mi bandeja, le respondí a quien me lo envió (para que no sea tan ingenuo), previamente busque el nombre de María Lucía Rendón Alanis en Google y ¡Oh sorpresa!, está pidiendo su riñón desde el 2006 y en aquel tiempo trabajaba en Argentina, luego por México (y también se llama Juan Antonio Fierros Valenzuela) y al mismo tiempo en Perú (Huaráz en este reciente e-mail), en diferentes bancos, claro, no me extrañaría que hasta se halla cambiado de tipo de sangre para no ofender a algunos donadores.
No hay duda de que es una chica de mucha fortaleza, ha viajado por muchos países, trabaja en diferentes empresas, estudia, se cambió de sexo y nombre dos veces y cuatro años después sigue "creyendo en la gente", no pide dinero, solo juega con nuestros buenos sentimientos.
Me pregunto ¿Quién sera la chica de la foto?
PD: Lo único que si me asusta, como los campesinos en el cuento del "Pastor mentiroso", nos hagamos insensibles y no tendamos la mano cuando realmente sea necesario.
Me pregunto ¿Quién sera la chica de la foto?
PD: Lo único que si me asusta, como los campesinos en el cuento del "Pastor mentiroso", nos hagamos insensibles y no tendamos la mano cuando realmente sea necesario.
Tienes razòn pero que podemos hacer... soy uno de los que recibiò el mensaje, y como tù lo busquè en facebook y encontrè tu mensaje. Triste en verdad, pero la gente ignorante es asì, y cuando encontremos otros mensajes que son verìdicos ya no las creemos, bueno gracias por la informaciòn...
ResponderBorrarEs una lástima que esto siga ocurriendo, siguen los mensajes de personas con cáncer o algún otro daño en sus salud, más triste cuando usan imágenes de niñitos, en ocasiones fotos trucadas.
ResponderBorrarDebemos ser cautelosos, pero a la vez, no dejar que muera nuestro nuestro deseo de ayudar, pues si encontraremos a quienes realmente necesitan de nosotros.