Posiblemente amigos lectores hayan visto “Forrest Gump” y es inolvidable aquella escena en donde empieza a correr para escapar de unos abusones, y la imagen pasa a mostrar su “liberación” de aquellos aparatos ortopédicos que lo limitaban.
Posteriormente Forest (personificado por Tom Hanks) ya adulto inicia una carrera personal para llegar de un extremo a otro de los EUA, película muy entretenida, llena de sorpresas y mensajes.
Pero no es mi intención hablar de películas, más bien de deportes. Muy al contrario de lo que muchos creen, si me encantan los deportes,algunos practicados otros los disfruto solo viéndolos.
En particular aclaro que no me atraen los deportes de contacto, eso de estar “echando cuerpo”, golpes y similares no va conmigo para practicarlo, no va con mi manera de ser (eliminamos futbol, básquet y similares), a excepción de la lucha libre que practicábamos en el parque frente al Hospital Regional de Tacna.
Fue en Tacna donde el amigo “Juancito” Hume (de la generación de jóvenes) nos animó a varios “mocosos” a salir a correr y así inicié en los trotes (footing le dicen ahora) que en algunas ocasiones para llegar más lejos (por el aeropuerto) se convertían en prácticas de ciclismo.
En aquellos años (finales delos 70, durante las vacaciones mis padres me pusieron a estudiar Tenis con el Profesor Abelardo Chuquín, y aún recuerdo esas clases y los buenos ratos que pasamos con las nuevas amistades en este nuevo interés, ya no eran solo los del barrio o del colegio (ninguno estuvo en esa clase) así que también fue una nueva experiencia social.
Cuando empezaron las clases no pudimos seguir usando el colegio (perdón por no recordar ahora el nombre), así que varios nos fuimos con el “profesor” al entonces Hotel de Turistas de Tacna, cada domingo disfrutaba de los juegos y ocasionales torneos (imagino que no fui realmente sobresaliente pues no recuerdo si gané alguno, lo importante era divertirnos) e incluso con turistas que allí se alojaban y también recuerdo el mini-zoológico que había allí, en particular me encantaba una familia de coatíes (tal parece que este deporte ya no se práctica en Tacna como en aquellos años).
En Ica, volví a las andadas con el “footing” pues no encontraba en donde jugar tenis (ni con quién, entiendan que para un muchacho huraño eso no es fácil), recuerdo la primera vez que fui a Huacachina, de regreso prácticamente me quedé todo el día en la cama. Después algunos amigos se animaron a ir, pero en realidad se convirtió en un paseo de los domingos. Mi amigo el “Monjito” Pérez si que era un atleta, con el era ida y vuelta sin el descanso que yo acostumbraba al llegar a la laguna.
En el 85 durante el SMO fue obligatorio volver a las luchas (en las que vale todo), pero aparte de ello, nos organizamos internamente para “jugar” como grecorromanos (sin el uso de piernas, pues el calzado que usábamos podía destaparle la cabeza a cualquiera), y el campeón indiscutible e invicto fue Gordillo Peceros, nadie logró recostarlo en la “lona” del destartalado ring, no solo por su tamaño, creo que su delgadez le permitía una agilidad y técnica que no pudimos derrotar.
Otra cosa muy buena en Ica son sus cerros, trepar (¿o escalar?) cuesta arriba una gran masa de arenilla es cosa seria (excepto Cerro Prieto que es rocoso) y ponemos en la lista el Saraja, los de Huacachina, al fondo de La Victoria y en la Residencial La Angostura, y creo que ahora está prohibida la subida a Cerro Prieto.
Historia aparte es la habilidad de la cuerda (saltar soga) y la natación. Actualmente, desde inicios del año he vuelto a salir a trotar, claro que no es lo mismo con una veintena de años y kilos encima, pero ahora ya es una cuestión de salud más que de entretenimiento.
Así que si tiene tiempo desde las 0530 horas, quizá pueda venir a San Joaquín y tomemos unos minutos para trotar mientras veos aclarar el nuevo día, pero ya son las 0520, debo empezar a estirar y calentar ¡Bye!
Posteriormente Forest (personificado por Tom Hanks) ya adulto inicia una carrera personal para llegar de un extremo a otro de los EUA, película muy entretenida, llena de sorpresas y mensajes.
Pero no es mi intención hablar de películas, más bien de deportes. Muy al contrario de lo que muchos creen, si me encantan los deportes,algunos practicados otros los disfruto solo viéndolos.
En particular aclaro que no me atraen los deportes de contacto, eso de estar “echando cuerpo”, golpes y similares no va conmigo para practicarlo, no va con mi manera de ser (eliminamos futbol, básquet y similares), a excepción de la lucha libre que practicábamos en el parque frente al Hospital Regional de Tacna.
Fue en Tacna donde el amigo “Juancito” Hume (de la generación de jóvenes) nos animó a varios “mocosos” a salir a correr y así inicié en los trotes (footing le dicen ahora) que en algunas ocasiones para llegar más lejos (por el aeropuerto) se convertían en prácticas de ciclismo.
En aquellos años (finales delos 70, durante las vacaciones mis padres me pusieron a estudiar Tenis con el Profesor Abelardo Chuquín, y aún recuerdo esas clases y los buenos ratos que pasamos con las nuevas amistades en este nuevo interés, ya no eran solo los del barrio o del colegio (ninguno estuvo en esa clase) así que también fue una nueva experiencia social.
Cuando empezaron las clases no pudimos seguir usando el colegio (perdón por no recordar ahora el nombre), así que varios nos fuimos con el “profesor” al entonces Hotel de Turistas de Tacna, cada domingo disfrutaba de los juegos y ocasionales torneos (imagino que no fui realmente sobresaliente pues no recuerdo si gané alguno, lo importante era divertirnos) e incluso con turistas que allí se alojaban y también recuerdo el mini-zoológico que había allí, en particular me encantaba una familia de coatíes (tal parece que este deporte ya no se práctica en Tacna como en aquellos años).
En Ica, volví a las andadas con el “footing” pues no encontraba en donde jugar tenis (ni con quién, entiendan que para un muchacho huraño eso no es fácil), recuerdo la primera vez que fui a Huacachina, de regreso prácticamente me quedé todo el día en la cama. Después algunos amigos se animaron a ir, pero en realidad se convirtió en un paseo de los domingos. Mi amigo el “Monjito” Pérez si que era un atleta, con el era ida y vuelta sin el descanso que yo acostumbraba al llegar a la laguna.
En el 85 durante el SMO fue obligatorio volver a las luchas (en las que vale todo), pero aparte de ello, nos organizamos internamente para “jugar” como grecorromanos (sin el uso de piernas, pues el calzado que usábamos podía destaparle la cabeza a cualquiera), y el campeón indiscutible e invicto fue Gordillo Peceros, nadie logró recostarlo en la “lona” del destartalado ring, no solo por su tamaño, creo que su delgadez le permitía una agilidad y técnica que no pudimos derrotar.
Otra cosa muy buena en Ica son sus cerros, trepar (¿o escalar?) cuesta arriba una gran masa de arenilla es cosa seria (excepto Cerro Prieto que es rocoso) y ponemos en la lista el Saraja, los de Huacachina, al fondo de La Victoria y en la Residencial La Angostura, y creo que ahora está prohibida la subida a Cerro Prieto.
Historia aparte es la habilidad de la cuerda (saltar soga) y la natación. Actualmente, desde inicios del año he vuelto a salir a trotar, claro que no es lo mismo con una veintena de años y kilos encima, pero ahora ya es una cuestión de salud más que de entretenimiento.
Así que si tiene tiempo desde las 0530 horas, quizá pueda venir a San Joaquín y tomemos unos minutos para trotar mientras veos aclarar el nuevo día, pero ya son las 0520, debo empezar a estirar y calentar ¡Bye!
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