junio 25, 2020

El Fanático

Hace unos días durante una reunión virtual con amigos de la adolescencia llegamos a la sesión de preguntas sobre las aficiones que teníamos entonces, e inevitablemente me llegó el turno de responder y vinieron a mi mente las mañanas de trote entre los ficus llorones, el dibujar cuanta cosa se me cruzara en el camino, escribir poemas, el tenis... y mi gran amigo mencionó algo así como "...hacer tarjetas".
Esto evocó aquellas tarjetas de presentación blancas en cuyo centro solo mostraba en azul cuidadosamente estampadas las palabras: The Fanatic.
Era este el título de un tema musical, creo que del 82 interpretada por Felony, escúchenla:
Si se preguntan la razón de esto en realidad no es complicado de explicar: Una locura adolescente.
Sencillamente el tema me gustó, su música, su ritmo, ni siquiera sabía de que trataba la letra, pero me colaba a la casa de mi amigo Fredy en donde nunca faltaban los temas musicales de actualidad gracias al oficio de su padre, hasta que me compré el disco de vinilo de 45 rpm.
Aún conservo la memoria muscular del baile, aunque debo ser honesto que los músculos y articulaciones se encuentran enmohecidos por la sedentaria vida como nerd.
¿Fanático de qué? De nada, y esa contradicción me encantaba, pero más me encantaba sacudirme a su ritmo, sea en solitario o con alguna de las asistentes a las fiestas del barrio.

The Fanatic

La locura se terminó unos meses después cuando, creo que, se acabaron las tarjetas en blanco que papá guardaba posiblemente para enviar a imprimir sus propias tarjetas, por mi parte debía ser más discreto para disimular la desaparición de tarjetas, así que me conformé con el sello encargado a mi vecino Pochito, así que de tiempo en tiempo sellaba con algo de dedicación las níveas tarjetas según las fuera necesitando.
Pasó el tiempo, pasó la locura y también pasó el fuerte deseo de disconformidad o quizá sencillamente aprendí a vivir pareciendo una persona normal.
😉

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