Existen frases que llevan una historia detrás que les da un significado tan amplio que llegan a formar parte de ciertas expresiones diarias, tales como “le llegó su Waterloo” (el ocaso o derrota de una persona o proyecto), “es la oveja negra de la familia” (el personaje malo de un grupo), “el chivo expiatorio” (el que paga por los errores de otros, 'paga el pato') y “¡Si Juan!” (una expresión afirmativa de incredulidad).
Sin embargo, existen otras que tienen una aplicación más limitada, hasta cerrada diría, aquellas que tienen significado en el entorno familiar de casa o un grupo no muy amplio de amigos.
En mi hogar una de ellas, es “Juan lo prepara mejor”, para referirnos a que ciertas cosas no siempre estarán perfectas, tendrán algún defecto o que existe algo mejor, y me remito a su historia, pues todo se debe a la admiración por la forma en que mi amigo Juan (él es de la vida real) prepara una variedad de platillos, postres y la forma en que los decora.
De allí que cuando compramos alguna de estas cosillas, lo admiramos, lo disfrutamos y decimos: “¡Juan lo prepara mejor!”.
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