Pasar del turno de la tarde a la mañana fue inicialmente algo traumante, no por el temor a la luz o algo similar, era dejar a compañeros y hábitos y malos hábito de años, para empezar prácticamente desde nada.
Para alguién tímido y además huraño, no era fácil darse cuenta de la nueva oportunidad, que tenía en sus manos, la oprtunidad de: Comenzar de nuevo.
Cultive buenas amistades, que a pesar de la incomunicación de unas décadas, han permanecido en el mismo lugar en que las dejamos.
Conversando con "Julius", uno de aquellos compañeros, recordé que en su casa escuche por vez primera la tocata y fuga de Johann Sebastian Bach que está al final de este post, y me generó curiosidad por ese estilo tan particular, místico y profano, energico y onírico.
No se si es cierto que Adolf Hitler lo usó para motivar a la población y sus tropas durante sus discursos, pero es una música motivadora, espero lo disfruten, no existe traición ni conflicto alguno en gustar de la música moderna y mantener el amor a lo clásico.
Pero primero, el que desde mi gusto personal, la mejor obra de Mozart.
Y ahora la Tocata y Fuga en Do Menor
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