diciembre 21, 2012

Jano y Saturno, la fiesta continúa...

En ocasiones, al revisar los libros de historia, quizá se han preguntado, al igual que yo, por lo que otros leerán sobre nuestros hábitos y costumbres, tal como cuando leemos sobre los chinos, egipcios, incas y otros.
De seguro, algunos de nuestros "rituales" permanecerán por mucho tiempo, tal como hoy en día se observan rituales que se originaron siglos atrás, de manera específica me refiero a las fiestas de Jano y la del "Sol Invictus".
Dos fiestas paganas, que los romanos la heredaron de los griegos, fiestas que sin asombro coinciden con las llamadas fiestas de Navidad y Año Nuevo. Fiestas que a su vez eran precedidas por las Fiestas Saturnales (Saturno es otro nombre de Cronos, dios del tiempo y padre de Jano, de donde se origina los nombre January, Janeiro, Janero y Enero). El 1 de enero, el Dios Sol volvía a la vida para iniciar una nueva etapa de actividades.
Jano, Museo Vaticano
La fiesta del 1 de enero fue establecido cuatro décadas antes del nacimiento de Jesucristo como el inicio del año, tal día se dedico a Jano quien poseía dos caras, una mirando hacia atrás y otra hacia adelante, símbolo de reflexión en las actividades y actitudes hechas (pasado) y por hacer (futuro).
Los primeros cristianos, evitaron ambas festividades por sus excesos en el comer, beber y orgías sexuales, por los menos lucharon contra eso hasta el siglo III o IV, luego con la presión del emperador Constantino por cuestiones políticas y estratégicas, estas fiestas fueron "santificadas" cambiándoles el nombre para mantener la unidad del imperio, pero esa es otra historia... 
Es un hecho que Jesús no nació en el mes de diciembre (la propia Enciclopedia Católica lo admite), así como que el árbol de navidad, Papá Noel (o Santa Claus) y otras costumbres se originaron con el propósito de rendir culto a dioses paganos, incluso en algunos lugares la iglesia persiguió a quienes observarán tales costumbres y festividades.
De esta manera, cada fin de año, al observar los excesos en el comer y beber, ebrios en las calles, intercambio de regalos, velas encendidas, incremento de la promiscuidad y otros, me trae a la imaginación las fiestas que griegos y romanos dedicaban a sus dioses muertos tal como hoy varias personas las hacen en el nombre de dios.

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