Ayer compartí con ustedes un video, en donde se muestra cómo Alex Cujavante perdió por su exceso de confianza.
Se hallaba varios metros delante de sus oponentes, y ya tenía la meta unos metros delante, pensó que ya estaba echada "la suerte" a su favor, así que ¿Por qué no celebrar? Era el resultado de mucho entrenamiento, esfuerzo y sacrificio, prácticamente ya tenía la medalla de oro en el cuello.
Eso fue suficiente para que fuera adelantado por unos centimetros a la línea de meta, por otro competidor que de seguro (pensaría él) no se llevaría lo que él había ganado,sin embargo, se equivocó.
Sang Cheol no se rindió, y esa es la segunda lección: NO TE RINDAS HASTA LLEGAR AL FINAL, aún cuando parece que todo está perdido, la carrera no termina hasta cruzar la meta.
Al ver el video, notaremos que Sang Cheol siguió esforzándose, no dio por hecho que llegaría segundo, siguió y saco unos centimetros que fueron suficientes para hacerse con la victoria.
En mis diversas actividades, encuentro jóvenes con la actitud de Alex, piensan que ya tienen su vida arreglada, que en realidad no hay que hacer tanto esfuerzo, lo que es peligroso, pero lo más preocupante, es la facilidad con que se rinden cuando las cosas no van como ellos creen que deberían ir.
Dejan de luchar, de intentar lograr algo, creen que no son capaces, que no lo lograrán y desperdician oportunidades valiosas. En mucho, los padres podríamos estar trasmitiédoles esa idea, al tratarlos de forma denigrante en nuestras palabras y acciones, e incluso, cuando no tenemos palabras de encomio para ellos, pues también hay padres que se rinden antes de tiempo o que ni siquiera intentan dar a sus hijos la orientación adecuada.
PD: Alex Cujavante no ganó siquiera la medalla de plata, aunque llegó segundo, fue descalificado.
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