Cuando llega la adolescencia (o poco antes) empiezan a crecer en la mente cuestionamientos sobre lo que hacen (o no hacen) y dicen (o no dicen) nuestros padres, al menos esto cierto para un gran número de personas.
Sencillamente se ha iniciado el camino hacia la madurez, una etapa encerrada entre la edad infantil y la vida madura, encerrado y sin estar en un extremo u otro.
Ese camino, me doy cuenta ahora, es el mismo que recorrieron mis padres, el que luego he seguido y el mismo que ahora emprendieron mis hijos, solo que los hemos recorrido en diferentes épocas, diferentes contextos y con diferentes sueños.
La experiencia no viene en capsulas, o la adquirimos por nuestros propios hechos o las aprendemos de otros que ya pasaron por allí, y esa es la gran pregunta ¿Cuáles deben adquirirse de una manera u otra?
Cuando estuve e esa parte del camino, no anhelaba mucho los consejos, buscaba libertad, o lo que yo creí que era eso, prefería aprenderlo todo por mi mismo, hoy, es mi deseo evitarles algunos de esos errores (y sufrimientos) a mis muchachitos, se que algunas dificultades los ayudarán a hacerse hábiles, fuertes y maduros, pero otras solo les quitarán recursos valiosos e irrecuperables.
¡Qué difícil entender a los hijos! ¡Qué difícil entender a los padres!
Inspirado por 10 cosas que debes saber de tus padres para entenderlos.
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